Fuimos a un estreno. Nos habían prometido la presencia de varias de esas vedettes que tanto admiramos por su... talento. Pero encontramos a una sola. ¿Alcanzó?
"¡Pucha que hace frío en las noches de invierno!" pensaban varios de los que se amontonaban en la puerta del casi escondido teatro El Cubo, en el legendario barrio del morocho del Abasto. La espera para ver la obra era a la intemperie, por lo que había que concentrarse en resistir las bajas temperaturas, echando mano a las copas de vino que se repartían gratuitamente y refugiándose en la carpa que hacía las veces de mini bar.
Tras vaciar una copa de tinto, probar los perfumes hechos en base a chocolate y firmar petitorios a favor del matrimonio gay, finalmente las puertas se abrieron y encaramos hacia las gradas.
El Cubo es una cómoda sala, ni muy grande ni muy chica. Tiene un juego de luces eficiente y un muy buen equipo de sonido, el cual, lamentablemente, falló en distintos momentos de la obra.
Luego de disfrutar el espectáculo "Juicio a lo Natural" (soberbio y altamente recomendable) y, sobre todo, de las chicas del cuerpo de baile, fuimos en busca de las prometidas vedettes para sacarles el número de tel... ¡para entrevistar! Claro, para entrevistar profesionalmente.
Lo malo: descubrir que de la larga lista de mujeres enviada, sólo una había acudido a la cita. Lo bueno: esa una era nada menos que Adabel Guerrero.
Y es que la recientemente morocha alcanza para compensar varios faltazos. Aquellos que hayan visto la portada de este mes de cierta revista que empieza con H, sabrán comprender.
Pelo con bucles, negrísimo, ojazos azules, sonrisa perfecta siempre presente, no muy alta pero tampoco petisa. Su simpatía iluminaba las penumbras de esa sala ya vacía.
"Me encantó la obra. Es impresionante, no tiene baches, y además el desenlace es totalmente inesperado" fue lo primero que dijo al ser consultada sobre el espectáculo. ¿Le gustaría formar parte de algo así? "Si bien no estoy preparando nada, sí, siempre me encantan las propuestas así, alocadas. Nico (el director) me había dicho de hacer uno de los personajes, pero como ya estoy haciendo "Carnaval de Estrellas" no quería tener un lío con mi productor. Pero me hubiese encantado, me fascina todo lo que sea bailar, cantar, actuar".
La chica muere de ganas de demostrar que no sólo sirve para el teatro de revista o los concursos de Bailando por un Sueño.
Pero no todo es arte, espectáculo y glamour en la vida de esta chica. La consciencia social y la lucha por la igualdad de derechos también le son de importancia. "La temática de la obra viene como anillo al dedo para el tema, tan candente, del matrimonio gay. De hecho, yo acabo de firmar la planilla para que sí puedan casarse. Me parece que cada uno tiene que optar por hacer lo que quiera con su vida". Demostrando tener los pies sobre la tierra, afirma que "para lo que sirve un casamiento, tanto en una pareja del mismo o de distinto sexo, es para poner bienes en común o cosas así. Va más allá de una cuestión ética o moral. Ya las cosas no pasan por ahí. Considerar a una persona buena o mala por su orientación sexual es un concepto ya viejo".
Si fuera por el cronista, la charla continuaría en un bar cercano. O en el departamento de la entrevistada, para tocar temas algo más íntimos. Pero ya Adabel se aleja, con su implacable sonrisa, a felicitar al autor de la obra, mientras el fotógrafo de Ciudad1 no deja de gatillar su cámara ante la figura de la morocha. ¡Eso es profesionalismo!
Esta vez no hubo equipo, pero nos vamos más que satisfechos. A veces, lo mejor es un mano a mano.
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